Este mes tuvimos la suerte de vivir de cerca la experiencia del nacimiento, y es que los más peques del cole hicieron magia con una incubadora y unos huevos: nacieron nada menos que cuatro pollitos.
Como imaginaréis, tenemos muchas fotos de las tiernas aves, pero realmente lo que más nos gusta es ver la ilusión de los niños y niñas cada vez que los van a visitar: cuánto crecen, cómo comen, cómo pían y, también, cómo saltan cada vez que alguien se les acerca... Y, para qué nos vamos a engañar, todos -niños, jóvenes y profesores- nos encanta asomarnos a su caja y observarles dormir, comer y jugar.
Enhorabuena a los que con tanto mimo han hecho posible este hermoso proyecto, especialmente a la profe Mónica.
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